Cuáles son las 12 cualidades necesarias de un buen analista de inteligencia

Cuáles son las 12 cualidades necesarias de un buen analista de inteligencia

Todo el mundo cree que sería un excelente analista de inteligencia y OSINT. En muchos casos, dado que estamos tratando con ciberinteligencia, muchos también creen que es necesario ser programador, informático o incluso perito.

Nada más lejos de la realidad.

La paradoja de las cualidades de un buen analista de ciberinteligencia

En estos años, he visto informáticos y programadores que son verdaderos magos en lo suyo, a niveles de abstracción a los que yo no llego. Son genios y, a la vez, suelen ser analistas mediocres y veremos por qué.

Es indudable que, cuando se trata de OSINT y ciberinteligencia, debes tener nociones y una cierta afinidad con lo tecnológico. De hecho, lo ideal sería poseer un conocimiento, aunque sea muy básico, de lenguajes de programación como Python.

Sin embargo, esta es mi experiencia:

Es más fácil enseñar lo técnico que hace falta a un buen analista, que inculcar capacidad de análisis a un programador.

Y ya sé que los que nos sentimos más cómodos con las máquinas que con las personas nos rebelamos contra esta noción. Sin embargo, las capacidades técnicas de un analista OSINT (Python, Linux y terminal…) no son las que precisa un desarrollador profesional ni mucho menos.

Dicho eso, estas son las 12 principales cualidades de un buen analista de inteligencia.

1. Capacidad de organización y disciplina

La OSINT y el análisis de inteligencia en general no es una cuestión de genialidad, sino de proceso, proceso y proceso. De seguir las mejores prácticas, de manera organizada y sistemática.

Por eso la insistencia en seguir el ciclo de inteligencia y de tener, en nuestro caso, un flujo de trabajo claro y probado para los distintos procedimientos de investigación con los datos que vamos obteniendo en nuestra labor OSINT.

De ahí la importancia y la recomendación de establecer nuestros propios flujos de trabajo, según nuestro contexto y actividad, partiendo de bases probadas.

Siempre recomiendo los flujos de trabajo de Michael Bazzell en su fenomenal libro Open Source Intelligence Techniques, así como los del ciberinvestigador Sinwindie.

Debajo hay un ejemplo de flujo de trabajo para LinkedIn, una base excelente para nuestro propio método a seguir.

Proceso de trabajo OSINT para LinkedIn

2. Capacidad de comunicación clara, creíble y fiable

Al final, de nada sirve tener información que no puedes comunicar. El analista siempre informa a alguien y debe hacerlo de forma clara y comprensible.

Hemos de tener en cuenta que, en muchos casos, el cliente o la persona a la que debemos reportar no será técnica, ni puede que tenga conocimiento de nada de lo que estamos haciendo. Por ejemplo, es posible que cierta información obtenida deba ser usada en un juicio y comprendida por jueces o jurados que no saben qué es la OSINT.

Es por eso que esa comunicación, además de clara y precisa, debe tender un puente capaz de explicar lo técnico de manera sencilla a quien no es experto.

Esa comunicación clara debe ser tanto verbal como escrita. Sin ella, no llegarás lejos en inteligencia ni en OSINT.

3. Capacidad de análisis, priorizando y separando el ruido, para unir los puntos clave

La capacidad de detectar patrones es fundamental

En esta característica englobo todo aquello que permite convertir los datos en inteligencia, es decir, en información útil que nos dice lo que queremos saber.

Esto incluye la capacidad de deducción, de detección de patrones y de unir piezas aparentemente no relacionadas. También de detectar madrigueras de conejo que no llevan a ninguna parte y priorizar lo importante.

Y esas son habilidades que se pueden practicar y aprender. Para eso, se deben desarrollar una serie de cualidades personales.

El libro Superpronosticadores: El arte y la ciencia de la predicción, de Dan Gardner y Philip Tetlock muestra las cualidades que tiene un superpronosticador, alguien que es capaz de hacer predicciones más acertadas que el resto a partir de los datos.

Son las mismas cualidades que debe desarrollar un buen analista de inteligencia y pasan por la capacidad de contemplar visiones opuestas de un tema, ser flexible y cambiar de opinión ante nuevos datos (lo más difícil del mundo, eso de cambiar de opinión), hacer las preguntas correctas y cuestionarlo todo, por ejemplo.

Me parece de obligada lectura.

4. Ser un polímata generalista, con al menos un campo de especialidad

Un polímata es una de esas personas del Renacimiento que sabían un poco de todo. Ser un generalista ayuda mucho más a ser analista de inteligencia que ser solamente un experto, especialmente, un experto informático.

Un buen analista de inteligencia sabe de arte, arquitectura, geografía, historia, sociología, antropología, economía, literatura y muchas cosas más. De esta manera, es capaz de ver más patrones que el resto y unir más puntos.

Si estás con IMINT, por ejemplo, puede ser muy útil un conocimiento que permita reconocer el estilo de los edificios, la geografía de una región, qué es esa estatua que hay o qué idioma es el de aquella palabra. También qué flora o fauna es la que vemos o qué es ese extraño objeto que aparece.

Una amplitud de inquietudes, aficiones e intereses permite identificar más fácilmente diferentes piezas de diferente naturaleza, para hacerse una composición completa de lugar.

Ahora, dicho esto, hay que tener un campo de especialidad en el que tienes un conocimiento más allá de lo superficial.

Puedes ser un informático, un economista, un antropólogo, un sociólogo, un historiador… Todos esos campos de experiencia siempre son útiles para un analista de inteligencia y es bueno tener al menos un campo en el que poseer un conocimiento más profundo.

5. Tener una afinidad con lo técnico y tecnológico

Un manejo técnico es imprescindible

Al final, si vas a ser analista de ciberinteligencia, no te puedes llevar mal con las máquinas.

Debes, al menos, tener nociones básicas de uso de ciertos programas y herramientas OSINT, ser capaz de aplicar técnicas como el Google Dorking usando sus operadores avanzados, usar máquinas virtuales, sock puppets, ser capaz de escribir scripts aunque sean básicos…

No podrás evitar la tecnología, de hecho, en OSINT, esa tecnología es imprescindible en la fase de recogida de datos, así que debes familiarizarte con ella como mínimo.

Idealmente, por supuesto, debes ser un experto en los procesos y la técnica general que hay tras muchas herramientas.

Por ejemplo, puede que uses GHunt para averiguar datos de una cuenta de Google objetivo de tu investigación, pero, si no tenemos a mano la aplicación, deberíamos saber cómo realizar procesos manualmente, como extraer el ID de Google o encontrar por nosotros mismos comentarios y reseñas, por ejemplo.

Del mismo modo, es fundamental tener nociones de ciberseguridad.

6. Ser un especialista en personas

Aunque la OSINT no sea lo mismo que la HUMINT, un analista de inteligencia debe ser experto en ambas cosas, especialmente, en lo segundo y las personas.

Comprender al objetivo, ser capaz de tener empatía y ponerte en su lugar, determinar cómo piensa o cómo actúa una persona es fundamental.

Eso permite anticiparse a las acciones, averiguar qué movimiento fue más probable cuando entremos en una “zona de sombra” sin datos, predecir qué hará a continuación, etc.

7. Capacidad de trabajo y perseverancia bajo presión y frustración

Aguantar la presión es una cualidad fundamental en un analista OSINT

La geografía de la OSINT y la inteligencia está compuesta, principalmente, de callejones sin salida. Por eso, debemos tener una buena tolerancia a la frustración y ser capaces de perseverar en ella.

Del mismo modo, la presión suele ser otro factor clave, porque siempre trabajaremos con plazos y estos siempre serán cortos. Hace falta averiguar ciertos datos y el tiempo se acaba y no avanzamos.

Ser capaces de seguir y no quedarnos atrapados bajo esa presión es imprescindible. Por eso, debemos ser capaces de trabajar en situaciones de estrés y que este no comprometa nuestras habilidades de análisis.

8. Capacidad de trabajo en equipo

Pocas veces seremos una isla y, quienes lo son, no llegan lejos.

Por eso, debemos ser buenos en la formación de equipos y el trabajo en ese contexto. Para esto, la capacidad 6 de ser un experto en personas nos ayudará mucho.

En inteligencia, de nada sirve ser un genio arrogante que aliena a todos los que le rodean y es incapaz de escuchar o colaborar con otros.

Especialistas como Carmen Medina (exdirectora de inteligencia de la CIA), consideran esta característica como la más importante en un analista de inteligencia. La fuerza del grupo siempre será mucho más poderosa que el genio del lobo solitario.

Necesitarás la ayuda de otros, la tendrás que dar, deberás ser capaz de supeditar tus ideas a otras cuando sea necesario, debatir sin discutir, ser humilde y comerte el orgullo, etc.

9. Atención al detalle

Es decir, no precipitarse y ser capaz de ver eso que los demás pasan por alto, porque no les parece importante, van demasiado rápido o, simplemente, no se fijan.

Muchos cambios y muchas cosas relevantes tienen su origen en acciones aparentemente pequeñas e insignificantes. Ser capaces de ver eso cuando caminamos, en lugar de pisarlo porque somos unos descuidados, es fundamental en un analista de inteligencia.

10. Capacidad de autoanálisis

Un buen analista de inteligencia se conoce a sí mismo y, sobre todo, conoce sus puntos débiles, sus sesgos cognitivos y las trampas psicológicas y lógicas en las que solemos caer los humanos.

Por eso, de nuevo, es necesario ser expertos en lo humano.

Esos sesgos cognitivos los tenemos todos e impiden que veamos y analicemos el mundo como es. Estamos llenos de prejuicios y tendemos a caer en errores comunes.

Ser introspectivos y humildes nos permite, como analistas de inteligencia, saber cuándo estamos cayendo en esos sesgos, tratando de compensarlos o evitarlos. Así veremos las cosas como son, no como queremos que sean o como nos dicen esos prejuicios.

11. Ser curioso

Analistas de inteligencia, hackers y superpronosticadores tienen una cosa en común: son extremadamente curiosos por naturaleza. Quieren saber qué son las cosas, cómo funcionan, tienden a diseccionarlas, romperlas y reconstruirlas de nuevo, a veces de otras maneras.

Esa curiosidad e interés genuino se puede cultivar, aunque es uno de los rasgos que suelen venir de serie. Las personas naturalmente curiosas se ven atraídas por el campo de la inteligencia, la seguridad, etc.

12. Capacidad de adaptación

Mike Tyson decía que todo el mundo tiene un plan hasta que recibe un puñetazo en la boca. Y tiene razón. El plan es necesario y, a la vez, en cuanto toca la realidad, se desbarata.

Por eso, la capacidad de adaptación a una situación es una cualidad crítica en un analista de inteligencia.

Vas a tener que cambiar tus planes, vas a tener que dejar caer eso que querías hacer, vas a tener que hacer borrón y cuenta nueva.

Mucha gente piensa que Darwin decía que la supervivencia es de los más fuertes, pero no. La evolución muestra que es de los más adaptables.

En el análisis de inteligencia, también.

Por eso, un excelente analista debe tener estas 12 cualidades. Unas vendrán de manera más natural y otras no, pero para eso está la capacidad de formar un buen equipo que se complemente y sea capaz de averiguar qué esconden los datos.